Basílica de Santa Lucía del Trampal (Alcuésca)
Basílica visigoda de Santa Lucía del Trampal
es una de las construcciones más sorprendentes
de la arquitectura altomedeival hispana conservada.
Alcuéscar (Cáceres)
La Basílica Visigoda de Santa Lucía del Trampal, Alcuéscar' es un edificio único por
ser uno de los pocos edificios de la España visigoda que se conservan
en la mitad sur de la Península.
A pesar de que el edificio era conocido en el pueblo de Alcuéscar,
A pesar de que el edificio era conocido en el pueblo de Alcuéscar,
fue redescubierto para la ciencia y el arte por el profesor D. Juan Rosco Madruga en 1980.
Entonces era una ermita ruinosa, usada como establo de vacas y a punto de hundirse
definitivamente como le ocurrió a la ermita vecina de Santiago, cuyos sillares
terminaron sirviendo para restaurar la fachada de la iglesia parroquial de Alcuéscar.
En el prólogo del citado tomo 2 de Memorias de Arqueología Extremeña,
En el prólogo del citado tomo 2 de Memorias de Arqueología Extremeña,
Luis Caballero y Fernando Sáez lo describen así:
"Una tarde de verano de 1980, Juan Rosco y su esposa Luisa Téllez descubrían asombrados,
"Una tarde de verano de 1980, Juan Rosco y su esposa Luisa Téllez descubrían asombrados,
en medio de la dehesa de Alcuéscar, un edificio medio oculto por abundante vegetación que de inmediato les pareció muy antiguo. Una rápida visita les hizo pensar que, por sus arcos
de herradura, el edificio era de época visigoda. Lo que vieron entonces era una ruina
romántica, cubierta de vegetación; pero también un monumento a punto de desaparecer,
abandonado y dedicado a usos innobles.
Desde ese año de 1980, las autoridades de las que depende la defensa de nuestro Patrimonio
Desde ese año de 1980, las autoridades de las que depende la defensa de nuestro Patrimonio
han conseguido salvar este excepcional monumento. Hoy ha perdido ese gusto romántico,
casi decimonónico, que poseía y que recordamos los que pudimos disfrutar de él.
A cambio, se ha salvado un venerable edificio, ejemplar único de nuestra antigüedad.
Por otra parte debemos fijarnos en lo insólito de este descubrimiento.
A fines de nuestro siglo (se refiere al pasado siglo XX) aún es posible descubrir
un edificio de esta antigüedad entero en casi su mitad.
Resulta fácil imaginar que nuestro suelo aún guarda muchas ruinas que ven la luz
una vez que se excavan; pero resulta difícil aceptar que aún quedan edificios
en pie desconocidos y prácticamente enteros."
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