“Aquí miles de extremeños entre encinas y trigal
murieron por dar a España su sueño de libertad."
La Batalla de Medellín.
Monumento erigido en el II Centenario de la Batalla,
como homenaje a las victimas y signo de reconciliación.
El 28 de Marzo de 1809 tiene lugar entre Medellín,
Don Benito y Mengabril, en los "pagos"
de Veguillas, Martel, Retamosa, etc.
una sangrienta batalla que termina con la victoria
francesa al mando del General Víctor. Fruto de una
amplia estrategia desarrollada desde Almaraz y
que abarcaba Miravete, Mesas de Ibor y Deleitosa, y
se extiendió hasta Campanario, Higuera de la Serena
y Miajadas; el mariscal Víctor, dirigiendo la campaña
desde el atrio de la iglesia de Santiago,
(para algunos autores desde el Castillo) infligió una
severa derrota al General Cuesta, que tenía a su cargo
a casi 40.000 hombres.
Las bajas el ejército español se cifraron en 10.000 hombres
junto a cerca de 20 piezas de artillería abandonadas.
Las bajas francesas se estimaron entre 2.000 y 4.000 hombres.
La batalla terminó a las 4 de la tarde y, para algunos
historiadores, una fuerte tormenta de dos horas de duración
impidió una mayor mortandad.
Las consecuencias de la batalla de Medellín fueron graves
para Medellín y las cercanas antiguas villas de su condado
en pérdidas humanas, económicas, inmobiliarias y
monumentales. A pesar de la corta ocupación francesa
(del 28 de Marzo al 12 de Mayo de 1809)
las consecuencias de la permanencia de los franceses
en Medellín y su comarca fueron desastrosas:
Entre Villar, Rena y Mengabril sólo quedaron 80 vecinos
para Medellín y las cercanas antiguas villas de su condado
en pérdidas humanas, económicas, inmobiliarias y
monumentales. A pesar de la corta ocupación francesa
(del 28 de Marzo al 12 de Mayo de 1809)
las consecuencias de la permanencia de los franceses
en Medellín y su comarca fueron desastrosas:
Entre Villar, Rena y Mengabril sólo quedaron 80 vecinos
(unos 308 habitantes).
De las 458 casas (unos dos mil habitantes) y 5 posadas
(en la calle Puente) que tenía Medellín en 1808, sólo
quedaron habitadas 170. El resto de la población huyó a
otros pueblos o buscó refugio en montes cercanos, debido al
expolio a que sometió a la villa una guarnición de 3.000
hombres que debía vivir de sus recursos.
Se destruyeron 290 casas y se produjeron destrozos en los
dos conventos de religiosas (Concepcionistas y Agustinas),
las Casas Consistoriales, las del Cabildo Eclesiástico, el
Asilo de Huérfanas, el Hospital de la Caridad, la cárcel
y la carnicería. Desaparece la ermita de San Blas y el
convento de Franciscanos quedó parcialmente destruido,
convertido en hospital de sangre. También se producen daños
en la Iglesia de Santiago.
Se perdió la riqueza ganadera de la villa, cifrada en 90
yeguas, 130 cabras, 306 yuntas de caballerías, 1200
cabezas de vacuno, 1350 cerdos y 14.000 ovejas.
En Octubre de 1809, un informe del Alcalde mayor
de la villa, D. Francisco María de Castilla, indica que
ya no hay vacas y que sólo quedan la cuarta parte
de los carneros. De trigo, cebada, avena y garbanzos
no hay existencias, siendo preciso comprar alimentos
en los pueblos cercanos.
Madoz añade que dejaron de existir las dos ferias que
concediera Fernando IV en 1300 y que la población era
de "200 vecinos, 810 almas". Dieciocho años antes, en
1791, según el Interrogatorio de la Real Audiencia de Extremadura, "
el numero de vecinos ascendía a 384"
inclusos eclesiasticos, viudas, huerfanos, nobles y
el numero de vecinos ascendía a 384"
inclusos eclesiasticos, viudas, huerfanos, nobles y
pleveyos" ( Interrogatorio de la Real Audiencia de
Extremadura, Partido de Trujillo Tomo II, pp. 285 a 309,
realizado el día 17 de marzo de 1791)
Desde entonces el nombre de Medellín figura en el
Arco del Triunfo de París -orgullo del imperio napoleónico-
junto al resto de victorias francesas.
"Todas las batallas en la vida sirven para enseñarnos algo,
inclusive aquellas que perdemos."
"Todas las batallas en la vida sirven para enseñarnos algo,
inclusive aquellas que perdemos."
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