La leyenda de la Fuente Chiquita» Hervás
«Amor y sangre en la judería»
La Leyenda de “La Estrella de Hervás”o “Maruxa,”
Maruxa una joven judía de 18 años de edad,
Julián un joven cristiano de 19 años.
Julián diariamente cruzaba a caballo la parte baja de
Hervás para dirigirse a sus tierras de Romañazos, durante
su tránsito comenzó a cruzarse habitualmente con una bella
joven judía, un flechazo produjo el amor entre los dos jóvenes.
A partir de este momento, los jóvenes mantuvieron bastantes
encuentros furtivos dando así rienda suelta a su amor.
encuentros furtivos dando así rienda suelta a su amor.
Debido sus diferencias religiosas, tenían que ocultarse lejos
de las miradas indiscretas de los vecinos y el lugar elegido
para estos encuentros fue la Fuente Chiquita, en el barrio
de abajo, junto al puente que cruza el río Ambroz.
Cierta noche, un muchacho los descubre y corre a
contárselo a Dimas, unos de los pretendientes al que
Maruxa había rechazado un tiempo atrás.
El joven judío a su vez se lo hace saber al padre
de la joven, exagerando aún más la historia,
su progenitor es Ismael, un rabino intransigente,
soberbio y con gran influencia en la comunidad judía.
El joven judío a su vez se lo hace saber al padre
de la joven, exagerando aún más la historia,
su progenitor es Ismael, un rabino intransigente,
soberbio y con gran influencia en la comunidad judía.
El rabino herido en su orgullo, decide, justamente
una noche antes del Sabbat (séptimo día de
la semana, día sagrado de la comunidad judía), enviar
a Dimas junto a otros dos judíos para acabar con la
vida del joven Julián, acuden a la fuente Chiquita, y
los sorprenden en pleno furor amoris, sin mediar
palabra los judíos desenvainan sus puñales y Maruxa
abraza temerosa a Julián para protegerle con su cuerpo.
Pero los sicarios ciegos de rabia apuñalan a ambos
una y mil veces, hasta dejar sus cuerpos inmóviles
en el suelo rodeados por un charco de sangre, muriendo
ambos abrazados junto a la Fuente Chiquita.
El padre de Julián se limitó a recoger el cuerpo ensangrentado
de su
hijo para darle cristiana sepultura, en cambio, el
rabino Ismael quiso demostrar su integridad religiosa,
mandando enterrar los deshonrosos restos de su hija
fuera del cementerio judío. Maruxa fue enterrada en uno
de los márgenes del río Ambroz junto a la Fuente Chiquita.
rabino Ismael quiso demostrar su integridad religiosa,
mandando enterrar los deshonrosos restos de su hija
fuera del cementerio judío. Maruxa fue enterrada en uno
de los márgenes del río Ambroz junto a la Fuente Chiquita.
Desde entonces, «en determinados días, sobre todo
de invierno, baja desde el Pinajarro un vientecillo fresco,
salpicado de lágrimas, que produce un extraño rumor como
de alguien que llora. Los lugareños lo llaman
“el quejío”, equivalente a grito o suspiro, y dicen
que son los suspiros de Julián y de Maxuja que
recuerda a toda la villa el incomprensible martirio de
la pareja de enamorados».
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