SER AGRICULTOR.
Tenemos una lucha permanente con el campo, y es una batalla perdida.
Cuando me voy a poner a sembrar llueve, cuando necesito lluvia tengo un secarral.
¿Está el maíz en todo lo suyo? GRANIZO.
Pensarán algunos, día de lluvia, día de descanso…
¡pero no! Toca puesta a punto de la maquinaria.
En cuanto a los cultivos, el maíz tiene precios de hace 20 años.
Los fertilizantes están muy caros, el trigo no sube y cuidado
con las zonas sensibles de nitratos, las zonas
ZEPA, LIC, Red Natura 2000, no os quiero ni contar.
Vacaciones – ¿Vacaciones?
Es gracioso. Tomar vacaciones significa asegurarse de que hay
suficiente personal contratado para cuidar de la explotación, alimentar
a los animales y asegurarse de que todo lo que podía salir mal no lo hace.
¿Vale la pena el riesgo?
No hay días libres
– Sabemos que el viernes deberíamos tener la sensación
de que la semana se acaba, pero es solo eso, una sensación.
Hay que terminar la siembra de girasol porque si no vamos fuera
de tiempo o la viña no puede esperar a su tratamiento el lunes
porque el mildiu se la está comiendo.
Cuando el sol amanece estamos trabajando,
cuando el sol se pone, seguimos trabajando.
Optimismo
– ¡Mantenga la cabeza en alto!
Es más difícil de lo que pensamos a veces,
cuando la cosecha se arruina a mitad de temporada
por las inundaciones o no llueve cuando debe hacerlo.
La lucha por mantenerse optimista es real, pero hay
que mantener el optimismo para el próximo año.
Apreciación
– Ese momento cuando alguien afirma
que la comida viene del supermercado.
Los agricultores trabajan para que el mundo pueda comer,
pero el mundo no sabe que los alimentos llevan un gran trabajo por detrás.
Mantener los ojos en el camino
– todos los agricultores saben esto
– es casi imposible conducir por cualquier carretera
con campo alrededor y mantener los ojos en la carretera.
Después de todo, hay cultivos que van mejor,
retrasos, enfermedades y nos gusta mucho comparar.
Cuando el sueño nos acompaña al trabajo.
Hay que cosechar, tenemos un parto en la explotación,
hay que dar de comer al ganado… y a veces toca no dormir.
Tener la explotación a kilómetros del pueblo o ciudad.
Volver a casa y necesitar una ducha urgente, una mezcla de aceite-diesel
y haber estado todo el día tirando abono significan que
¡necesitamos una ducha ya!
Oler tierra fresca, los olores de la lluvia, del forraje recién cortado…
Esto no tiene comparación.
Siempre tenemos algo que hacer, cuando no tenemos que sembrar,
hay que poner el pívot a punto, engrasar la empacadora, cambiar
las golondrinas, llamar a la casa de repuestos… no nos aburrimos.
Pero por encima de todo esto, siempre estar orgullosos
de la profesión más bonita del mundo,
SER AGRICULTOR.
No hay comentarios